El arte en Cuenca

Logotipo

Belmonte: Castillo (05)

 

CASTILLO DE BELMONTE (5): Interior del Castillo. Patio de Armas

 

 

Al atravesar la puerta de entrada al castillo nos encontramos con el Patio de armas que tiene forma pentagonal.

Desde el patio de armas y volviendo nuestra mirada hacia atrás, vemos en el centro de la imagen la torre del homenaje y a la derecha la puerta de entrada al castillo junto a una escalera por la que se asciende a su interior, que tras subir por otra de caracol se llega hasta una torre o cubo defensivo ubicado junto a la puerta, y desde allí remontar hasta el adarve o camino de ronda del castillo.

 

Observando esta puerta desde el interior nos ofrece la visión de un arco escarzano sobre el que se aprecia otro apuntado gótico de mayor altura, embebido en la fábrica a ras del paramento, que podría tratarse de un arco de descarga. Bajo este arco escarzano se conserva una gorronera.

Imágenes del patio de armas

El patio ofrece un gran contraste entre las construcciones originales, realizadas con mampuestos de piedra como son la torre del homenaje y las murallas del siglo XV, con las dos alas o galerías residenciales que en su unión forman un ángulo agudo que fueron construidas durante el tercer cuarto del siglo XIX por encargo de Eugenio de Montijo, cuyas fachadas neogótico-mudéjares nos muestran un color rojizo debido al tipo de material empleado, el ladrillo.

Desde el centro del patio percibimos cada uno de los elementos edificados que se abren a esta plaza y que se describen a continuación, como son la torre del homenaje, el aljibe y las dos galerías antes mencionadas.

Frente a la entrada, pero en el muro de mampostería derecho, encontramos adosada a él una gran chimenea, con un balcón corrido en madera para el acceso a una de las torres que se ha realizado en la última restauración en el que se abren tres vanos

Balcón y chimenea

La Torre del Homenaje, que recibió diversas modificaciones en su estructura interna, cuenta con tres plantas. En su origen su planta inferior fue utilizada como prisión, sobre ella se encontraba la segunda planta  utilizada como calabozo, y en la superior la sala del cuerpo de guardia.

En la actualidad, tras la última restauración realizada en la primera década del siglo XXI, se ha ubicado en la planta baja una armería en la que se recrean armas y corazas propias del siglo XV, época de la construcción del castillo. Las otras dos plantas superiores se comunican entre sí a través de una escalera interna.

También en el patio, frente al vértice del ángulo que forma la unión de las dos alas residenciales se encuentra el Aljibe o pozo de agua excavado en roca, con más de 40m.de profundidad.

Este pozo está elaborado con el mismo tipo de piedra que el de la portada de entrada al castillo y cuenta con brocal o pretil y dos columnas laterales, pero le falta su cuerpo o corona superior que se apoyaría en ambas columnas.

El brocal es de sección octogonal, adosándose a los lados del mismo dos columnas o pilares que lo sobrepasan y que servirían de apoyo a un arco, donde poder colgar la polea o garrucha para subir el recipiente que recogiese el agua extraída del pozo.

Los dos pilares o columnas exentas tienen su fuste en forma octogonal que se rodea de columnillas circulares que toman forma helicoidal partiendo desde la basa de los pilares hasta terminar en la cornisa de arcos trilobulados apuntados que remata la parte superior de las columnas.

Toda la parte inferior del brocal del pozo se eleva por encima de una base realizada en irregulares sillares de piedra sobre la rasante del patio.

Este brocal o parapeto que rodea al pozo a nivel de superficie también está formado por ocho lados, y su boca cuenta con una tapadera o cubierta que es una pieza metálica rectangular plana cerrada en tres cuartas partes y enrejada en el resto para evitar la caída de objetos al interior del pozo y a la profunda cisterna.

Adarve

Ya veíamos que a través de la escalera situada al lado de la puerta de entrada se puede acceder por el interior del castillo hasta el Adarve o camino de ronda a la altura de los tejados, desde donde en su recorrido por el perímetro del castillo se puede apreciar el sinuoso diseño de su estructura amén de las amplias vistas que proporcionan sus alturas.

En ese paseo por el adarve, al que también se puede llegar desde otros seis puntos internos del castillo, pasamos junto al protector almenado de sus muros y descubrimos las puertas de entrada a los cubos o torres circulares que no cuentan con almenas, así como con las escaleras de acceso a la parte superior de las mismas.

Vista desde el adarve de la Torre del Homenaje que en su espacio central superior se alza la denominada torre "caballera".

Entre esas puertas que encontramos en el recorrido por el adarve también se halla la que permite el acceso al interior del cuerpo superior de la Torre del Homenaje. Esta ornamentada puerta tiene un abocinado arco conopial rebajado formado por tres molduras que apoyan en finas impostas, sobre unas pinjantes ménsulas de tipo vegetal, en lugar de capiteles.

Después de atravesar esta puerta hay un zaguán distribuidor desde el que se abren dos vanos: uno a la izquierda con unas escaleras para el ascenso a la terraza de la torre, y otro de frente que es la puerta de entrada a la planta superior de dicha torre.

En cuanto a las dos galerías residenciales, de tres niveles en altura, cada una cuenta con su planta baja y otros dos pisos nobles superiores. Una moldura en piedra blanca con bocel en su centro separa horizontalmente el nivel de la planta baja con la primera, y otra también en piedra del mismo color con moldura cilíndrica entrecortada formando rodillos separa el primer del segundo piso.

Sus neogóticas fachadas rojizas presentan en la planta baja de cada una de sus alas una arquería abierta con un total de siete arcos peraltados levemente apuntados, sobre los cuales se abren en los dos pisos superiores las ventanas correspondientes a las dos galerías, para aligerar una mayor carga de peso sobre ellos en sus espacios menos resistentes.

Para atenuar el impacto visual del amplio espacio de color rojo que muestran exteriormente estas galerías se conjuga la decoración de este frontis con la utilización en el mismo de material en piedra que hemos visto que divide horizontalmente las plantas del edificio, aplicándolo tanto en la planta baja como en la primera.

En este sentido las catorce arcadas totales de la planta baja quedan rodeadas por sillares del material de piedra citado que sobre los pilares muestran unas pilastras adosadas que se ensanchan a nivel del comienzo de las arcadas donde se une cada arco con el colindante.

Las dos arcadas del extremo este del ala norte cierran parte de su espacio interior con el mismo tipo de ladrillo, para resguardo de la escalera de acceso a los pisos de esa galería, pero no en su totalidad ya que partiendo de cada jamba y del intradós del arco se mura el hueco pero dejando un hueco más estrecho para su paso que se remata en su parte superior en forma de arco ojival muy pronunciado.

Las primeras plantas de las galerías muestran en ladrillo otros tantos arcos de doble rosca, en este caso de medio punto ligeramente apuntados, que acogen en su interior unas ventanas geminadas con arcos ojivales.

El espacio de estas ventanas está realizado igualmente con el mencionado material en piedra. En la unión de cada arco se emplaza una pieza en piedra con adorno en su centro de una hoja trilobulada, mientras que en las enjutas de las ventanas la decoración es de hojas tetralobuladas.

 

La segunda planta, sin material de piedra alguna en la fachada, presenta ventanas de arcos pareados algo apuntados sobre los que se desarrollan sus respectivas chambranas formadas por triples arcos superpuestos sobre otro en el que los ladrillos sobresalen intercaladamente.

Cierra la parte superior de las fachadas un friso corrido de arquitos ciegos sobre modillones realizados en ladrillo. En su interior y adosados al muro aparecen formas romboidales creadas en ladrillo que contornan a unos azulejos cerámicos pintados en su mayoría con diversos motivos geométricos y algún que otro escudo en el material de piedra citado con las armas de los Pacheco y Acuña.

Queda rematada la fachada, por encima de esa arquería ciega, con un friso de esquinillas mudéjar con ladrillos embutidos y alienados en el muro.

Detalle de uno de los azulejos cerámicos pintados.

La Planta baja de la Galería suroeste, que advertimos a la izquierda de la entrada al patio, en sus orígenes se destinó para las caballerizas y en el siglo XIX pasó a ser una capilla, pero con la última restauración del castillo realizada en el 2010 se ha procedido a dividir el espacio con un sótano en su parte inferior y sobre él una planta baja con dos salas para la recepción mediante un vídeo y exposición de los procesos de restauración del castillo para conocimiento de los visitantes, que conservan algunos alfarjes.

La otra planta baja de la Galería norte distribuyó en su momento el espacio existente para ubicación de las cocinas y cuartos de la servidumbre, hasta que en la restauración del 2010 se ha acondicionado su espacio a las actuales necesidades turísticas, compartimentándolo en diversas dependencias que en diversos sitios conservan motivos decorativos de antaño así como puertas de acceso a ellas con arcos conopiales y trilobulados.

Al sótano de esta ala, que se utilizaba como cilla (bodega o almacén) donde se conservaban los alimentos necesarios para la cocina o aprovisionamiento del castillo y que conserva su bóveda de medio cañón apuntado, se puede descender por medio de una escalera situada bajo la de acceso a los pisos elevados.

Sótano abovedado (mazmorras).

Hay que señalar que sobre el espacio abierto en las plantas bajas de ambas galerías, después de atravesar las arcadas desde el patio y antes de entrar en las salas cerradas citadas, visualizamos los techos de estas galerías que están elaborados en madera mediante alfarjes.

Ya habíamos citado anteriormente que es en el lateral derecho de la planta baja de esta galería norte donde se encuentra la escalera de acceso a las plantas superiores de ambas galerías que están intercomunicadas en su interior. Se trata de otra de esas obras realizadas en el siglo XIX.

Esta escalera principal volada, que se apoya al muro sobre jácenas o vigas, está realizada toda ella en madera y cuenta en su arranque externo con un pilarote de obra precedido de otro para la distribución en dos posibles puntos de acceso a dicha escalera, y delante de ellos otros pilares o monolitos de menor altura que se rematan en forma de “sopera”.

Los remates superiores de los pilarotes muestran en sus frontis una decoración trebolada sobre la que se extiende un tejadillo a cuatro aguas que los cubre.

Apoyada en uno de esos pilarotes de obra comienza el arranque de la barandilla con pasamanos apoyado en balaustres de la primera de las cuatro rampas con que cuenta esta escalera neomudéjar, que también detenta cuatro mesetas o planos horizontales al final de cada rampa.

 

Un descansillo o rellano que se encuentra hacia la mitad de las rampas divide cada una de ellas en dos tramos.

Tanto en cada uno de los dos lados externos de los descansillos como en los de las mesetas, la escalera se refuerza con otros pilarotes o pilares, en este caso de madera, que poseen también decoración tetralobulada sobre otra trilobulada, que se rematan en pomos en forma de pináculos. Se da la singularidad de que la base de estos pilarotes cuelga por debajo del nivel de las rampas, con lo que ofrecen un motivo ornamental de tipo pinjante.

Detalles suelos descansillos o rellanos.

Los pavimentos de madera de los suelos de los rellanos, tanto los de los descansillos como los de las mesetas, conservan una decoración realizada con diseños de tipo geométrico de inspiración mudéjar como son los entrelazados y estrellas de ocho puntas.

También bajo las zancas o parte posterior de las rampas de la escalera, en las que la madera muestra un color bermellón, encontramos unos motivos decorativos similares a los que hemos descrito en su parte anterior, pero que al ser mayor el espacio trabajado su ornamentación se amplía con otros motivos geométricos, entre otros como los aspados y los realizados en forma de alfardones con perfiles de arco conopial, o también los de chillas con formas octogonales que albergan en su interior, estrellas de ocho puntas.

Decoración parte posterior de las rampas de la escalera

La caja o hueco de la escalera se encuentra delimitada por paredes en las que se abren ventanas, tanto desde el interior de la galería norte como las que hemos percibido desde el patio de armas. La mayoría de ellas muestran ornamentación en yesería alrededor de parte de sus vanos, algo que ocurre también en los marcos de las puertas de acceso a dichas galerías.

Los encuadres de las puertas de entrada a las galerías también se engalanan en su parte superior con decoración semejante. En la parte superior del marco de la puerta de la primera planta se desarrolla una moldura que rodea la parte exterior de su arco escarzano que origina un tipo de alfiz, rematado con otro arco escarzano superior, en el que dentro de sus enjutas o albanegas aparece nuevamente un ornato parecido a los anteriores.

Puerta de acceso a la segunda planta

Sobre la puerta de entrada a la segunda planta, que cuenta con otro arco escarzano y un alfiz similar igualmente decorado, no presenta en este caso su moldura superior forma de arco sino que es parte de una moldura sogueada que recorre todo el perímetro superior de la caja de la escalera. Sobre ésta se desarrolla una cenefa o friso continuo sobre el que descansa la techumbre de madera de dicha caja de escalera.

 

En el muro que encontramos frontalmente al comenzar el ascenso de la escalera así como en el del piso superior, aparecen rodeados por una orla a modo de marco con ornamentación similar en yesería de tipo mudéjar los escudos de Pacheco y de Portocarrero, realizados asimismo en yesería.

Se trata de un techo rectangular plano o plafón soportado por un friso o arrocabe que circunda todo su perímetro por encima del otro friso citado anteriormente. Unas vigas o jácenas que unen los dos lados estrechos de la techumbre rectangular también refuerzan el soporte de este techo de madera.

Estas vigas dividen el espacio de la techumbre en siete tramos en los que cada uno cuenta con tres calles donde las laterales ofrecen una decoración similar entre ellas y diferentes a la central.

En cada uno de los tramos laterales hay nueve recuadros cajeados cuya tablazón se decora mediante labor de menado con chillas octogonales y alfardones con perfil de arco mixtilíneo, salvo en los centrales que son únicamente de chillas. Estas chillas decoran su centro con flores amarillas de ocho pétalos, y los alfardones con otras de cuatro, del mismo color amarillo.

En los tramos centrales las tablazones de cada tramo se ornamentan con una labor de menado de grandes estrellas formadas por la representación de una flor abierta cuyo centro o receptáculo es una chilla con ocho pétalos amarillos con botón central rodeada de otros de color azul, del que salen ocho grandes y lanceolados pétalos calados que forman dichas estrellas.

El calado de estos grandes pétalos están creados por unas formas tetralobuladas, y en las esquinas de estos recuadros centrales los calados lo forman unas hojas trilobuladas.

De estas siete grandes estrellas de ocho puntas u hojas, que decoran los tramos centrales, tan solo de la del medio pende un adorno en forma de florón de color verde, ornamento pinjante propio del mudéjar.

El color de fondo de todas estas tablazones, tanto en los espacios de la calle central como en los alfardones y chillas, es igualmente bermellón.

Latitud: 39° 33' 26.9316" N
Longitud: 2° 41' 48.5628" W

El Arte en Cuenca - Nota legal

Página web por Hazhistoria