El arte en Cuenca

Logotipo

Cuenca: Catedral (32)

Capilla Muñoz

 

Colindante a la anterior Capilla de los Caballeros se encuentra esta Capilla Muñoz, fundada por el Canónigo de la Catedral Dr. Eustaquio Muñoz, que contrató la obra con el entallador renacentista Diego de Tiedra en el año 1537.

La fachada de esta Capilla contiene una variadísima composición escultórica y una delicada rejería también elaborada en el siglo XVI, estando formada la misma con una puerta y una ventana rodeadas de columnas y numerosas figuras esculpidas.

La parte más antigua de la fachada es la puerta de entrada a la Capilla, realizada con decoración de finales del gótico en su arco polilobulado, mientras que en el resto de su constitución renacentista diseñada por Diego de Tiedra destacan sus originales columnas marienistas.  

La composición de esta fachada se enmarca entre tres monumentales columnas estriadas, dividiendo la central a la fachada en dos cuerpos, y un cornisamiento que en su crestería ofrece esculturas de unos putis y sirenas de dos en dos dispuestas en torno a un jarrón.

Una franja de piedra negra que contrasta con la piedra blanca de la fachada encuadra la Puerta de acceso a la Capilla, creando sobre su polilobulado arco un alfiz en cuyas enjutas aparece una decoración vegetal de roleos, dragones, copas y pájaros.

La reja, de autor desconocido, está formada por un cuerpo principal y un montante, separado por un friso.

Las hojas de la puerta de entrada están divididas en tres secciones horizontales con estilizados barrotes de capiteles corintios que se enlazan a través de arquitos de medio punto.

En esta imagen se observa entre las dos monumentales columnas la parte superior de la puerta de entrada a la Capilla, sobre la cual discurre un cornisamiento que recorre toda la fachada y que tiene un friso con pequeños tondos.

Bajo el montante, un friso compuestos por columnitas de barrotes y jarrones, y en el centro dos ángeles sosteniendo un pequeño escudo del fundador de la Capilla.

 

El calado montante muestra en su centro una antorcha, con dos alargados dragones a sus lados y cuyas prolongaciones traseras se transforman en cabezas de bicha.

Sobre los dragones y manteniéndose sobre sus cabezas dos niños sostienen una corona de laurel entre sus manos.

Por encima de estas figuras la cenefa que sigue la línea del arco cuenta con diez pequeñas y aladas cabezas de ángel.

Sobre la cenefa, en la parte central un candelabro y a cada lado un águila enfrentado, que se reproducen nuevamente a los lados pero sin el candelabro.

Se aprecia también, pero ya sobre la piedra del arco, los baquetones con tallas de niños en actitudes caprichosas.

Las tres grandes columnas estriadas de la fachada se presentan como si de dos columnas superpuestas se tratase, todas ellas descansando sus basas sobre unos anchos y altos pedestales sobre zócalos con esculturas tanto en sus cartelas como encima de dichos pedestales.

Comenzando por los pedestales que sirven de apoyo a las columnas, observamos en el centro del mismo un atlante o telamón vestido de guerrero, y sobre dichos pedestales y al nivel de las basas de las columnas hay una variada representación de cabezas de animales.

Sobre el pedestal, el fuste inferior de las estriadas columnas cuentan en su parte superior con una cara aterrada de un hombre entre dos molduras cilíndricas, arrancando desde la moldura inferior un enorme rosario tallado en piedra que desciende en dirección hacia el centro y los laterales del fuste de la columna, surgiendo en bajorrelieve hacia la mitad de su fuste dos brazos de guerrero que parecen pertenecer al cuerpo de la persona representada arriba con su cabeza, y que sujeta dicho rosario con esas manos.

En la otra mitad superior de la columna, también estriada pero más sencilla figura a media altura el escudo del fundador, y bajo los capiteles hay figuradas pequeñas cabezas monstruosas.

En el otro lado de la fachada, se abre un ventanal o comulgatorio enmarcado por dos cariátides sobre columnas a cuyos lados dos esculturas colocadas en hornacinas, y sobre el comulgatorio una imagen de la Virgen con otras dos figuras a los lados.

En el cuerpo inferior de este lado de la fachada se abre en su parte central la reja del comulgatorio de planta poligonal y semibóveda calada, que se encuentra encuadrada entre dos cariátides sobre sendos pedestales de columnillas truncadas.

A los lados de las cariátides hay dos esculturas de piedra colocadas en unas hornacinas adornadas con veneras con las que se representan a la izda. a un barbado peregrino, tal vez Tobías, con un perro a su izquierda y un niño a la derecha, y en la hornacina situada a la derecha al arcángel San Rafael, de rizada cabellera, túnica y capa.

Las dos pilastras centrales del cuerpo bajo de la reja del comulgatorio son estriadas en su mitad inferior y se adornan con motivos florales y de candelabro la superior, siendo estos últimos motivos decorativos los que ornan las otras dos pilastras exteriores adosadas a la pared.

Separada la parte inferior de la superior por un dintel con friso de pequeñitos barrotes, la semibóveda calada que cubre la parte superior de la ventana está formada por una serie de aspas decoradas en su intersección con una flor en posición convexa vista desde el exterior, mientras que en la unión de las barras horizontales y verticales las flores presentan una posición cóncava.

Sobre el entablamento de esta reja, en sus extremos se alza a cada lado un flamero, similar a otro más pequeño sobre la parte central que corona el arco.

La parte superior de esta parte de la fachada donde se encuentra la ventana se ornamenta sobre su entablamento con dos columnas estriadas de capiteles corintios entre las cuales y dentro de una hornacina puede contemplarse la imagen de la Virgen con el Niño, mientras que a los lados de ella hay otras dos esculturas talladas en piedra con la imagen a la izquierda de San Jerónimo en posición sedente, con un libro en la mano y un león echado a sus pies, y al lado derecho la figura ascética de San Juan Bautista, sentado sobre un vetusto tronco, sosteniendo un libro entre las manos.

Completan esta parte de la fachada a los lados de la imagen de la Virgen dos grandes tondos con estrías radiales, y sobre el entablamento creado por las dos columnas hay dos figuras de niños.

Y se remata la fachada con un friso de pequeños tondos, coronándose su crestería con figuras de niños y sirenas.

El interior de esta deteriorada Capilla posee en la parte central del muro norte un arco de medio punto con basamento de piedra donde estuvo en otro tiempo puesto un altar y que hoy ocupa una imagen de Virgen con Niño;  a su lado una puerta tapiada con un medallón con el busto en bajorrelieve del fundador sobre el dintel; al fondo un Retablo.

En cada uno de los ángulos de la fábrica de la capilla hay una columna estriada plateresca con el escudo del fundador, si bien las mismas no parten desde el suelo sino desde una ménsula a media altura, adornándose sus capiteles con caprichosas figuras en su base.

El interior de esta Capilla está cubierta mediante dos bóvedas baídas, separadas por un arco central rebajado, con profusa decoración.

Estas bóvedas están compuestas de más de cincuenta casetones en los que se encuentran talladas sobre la piedra figuras de ángeles y santos.

En las pechinas de la bóvedas junto al arco central que las separa hay cuatro figuras de cuerpo entero, y por debajo de la cornisa que recorre toda la capilla un friso ofrece una decoración de figuras alegóricas y humanas que se van encadenando y repitiendo.

En este otro lado de la Capilla se observan dos columnas esquineras, y la talla de San Ignacio de Loyola, elaborada a mediados del siglo XVIII.

En ella se muestra a San Ignacio aplastando a la herejía protestante, simbólicamente representada por un ser horrible con orejas de burro, pechos de vieja y una serpiente enroscada que yace bajo el pie izquierdo del Santo, contra el que parece revolverse enfurecido con el puño cerrado, la boca abierta y los cabellos encrespados mientras que muestra en su mano derecha un libro en cuyo lomo está la inscripción: LUTHERUS.

Contrastando con la actitud del monstruo, San Ignacio presenta una suave mirada levantada hacia el cielo, mostrando el libro de las Constituciones de la Compañía de Jesús con su lema sobre la página abierta: AD MAIOREM DEI GLORIAM.

 

Al fondo de la Capilla y presidiéndola se encuentra el Retablo plateresco adjudicado al imaginero Juan de Alarcón a mediados del siglo XVI.

En el lateral izquierdo está el medallón con la efigie del fundador, y a la derecha se ven las hojas de la ventana del comulgatorio.

Encajado el retablo en el muro y bajo un arco de medio punto consta de predela, cuerpo central y montante. 

Encima de la predela, con la representación central de un Cristo yacente y unos ángeles guardianes a los lados, se encuentra el cuerpo principal del Retablo con seis columnas abalaustradas adornadas con mascarones, cabezas de cabra y capiteles en forma de volutas.

En la hornacina central se encuentra el grupo formado por la imagen en madera policromada de la Virgen sentada como figura principal mientras aplasta bajo sus pies a un dragón, y acogidos a ella el Niño Jesús sobre su regazo y dos niños más que se apoyan sobre sus rodillas, que corresponden a San Juan Bautista el de la izquierda y San Juan Evangelista el opuesto.

En los tableros laterales las tallas de Santa Ana, S. Joaquín, S. Cristóbal y San Pedro a la izquierda, y las de Zacarías, Sta. Isabel, San Pablo y Santiago a la derecha.

Sobre un friso, el remate del altar, bajo el arco, se encuentra la figura del Padre Eterno, en altorrelieve y con el brazo derecho extendido hacia una figura de ángel o niño, y sobre las impostas del arco otros dos ángeles, coronando en la parte superior central del arco el escudo del fundador.

Latitud: 40° 4' 43.428" N
Longitud: 2° 7' 46.4844" W

El Arte en Cuenca - Nota legal

Página web por Hazhistoria