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Belmonte: Castillo (06)

 

CASTILLO DE BELMONTE (6): Primera Planta.  Galería Norte

 

En el año 1456 Juan Pacheco, el Marqués de Villena, que ocupaba un poderoso cargo en la corte del rey Enrique IV y el señor más poderoso del reino en su época, mandó comenzar la construcción de este Castillo en su villa natal y cabeza del marquesado, concibiéndolo como un proyecto muy ambicioso, capaz de competir con una residencia regia y como método de proyección social de su linaje, por lo que no solo dispuso edificar una fortaleza militar sino que también determinó acondicionar y convertir su interior en un acomodado y suntuoso palacio para él y sus descendientes, del que se conservan numerosos elementos decorativos góticos y mudéjares originales realizados en aquel siglo XV.

En la segunda mitad del siglo XIX se procedió a la restauración y adecuación del habitáculo del Castillo por parte de la emperatriz Eugenia de Montijo, esposa de Napoleón III de Francia, que encomendó fuese dirigida por el arquitecto Alejandro Sureda, principal divulgador de los modelos arquitectónicos franceses entre la aristocracia española, influenciados por las rehabilitaciones que tanto Prosper Mérimée como Viollet-le-Duc desarrollaban en el vecino país sobre castillos y edificios históricos.

En esta rehabilitación del Castillo, que se desarrolló entre los años 1857 y 1870, se actuó principalmente en el revestimiento neomudéjar en ladrillo del patio de armas, que son las dos galerías residenciales anteriormente mencionadas, así como en la restauración de algunas techumbres.

Actualmente el castillo es propiedad de la Casa ducal de Peñaranda y Montijo, que a través de una sociedad gestora ha procedido a una última rehabilitación entre los años 2008 y 2016 con la que se ha podido musealizar el Castillo y propiciar su uso turístico y de eventos.

A través de esta sociedad gestora, presidida por el conde de Montalvo, don Javier Fitz-James Stuart de Soto, se han podido restaurar los paramentos exteriores del castillo y su barrera artillera, consolidar torres, restaurar matacanes y cubiertas, etc. para hacer accesible la visita al público.

Aunque las salas o habitaciones existentes en esta dos alas o galerías residenciales se encuentran en la actualidad museizada para su visita en estilo medieval siglo XVI, en estas páginas nos centramos en los detalles constructivos y motivos decorativos de la edificación, que residen esencialmente en sus puertas, ventanas, chimeneas y techumbres.

En general tanto las puertas como las ventanas suelen mostrar en sus marcos, jambas o alféizares algún tipo de moldura ornamental en yesería, y sobre el dintel de los vanos y parte de los estribos del arco se desarrolla a través de unas molduras un friso más o menos grueso que forma un tipo de alfiz que recoge en su interior una ornamentación igualmente en yesería.

Respecto a las chimeneas los motivos decorativos también realizados en yesería se sitúan principalmente en el tabique frontal de la campana.

En cuanto a las techumbres mudéjares originales realizadas en el siglo XV se trata de elementos arquitectónicos y decorativos que los nobles españoles cristianos quisieron poseer en los palacios que construían, como este es el caso, ornamentándolos con motivos de origen tanto islámico como cristiano. En las restauraciones neomudéjares elaboradas en el siglo XIX se trató de realizar techumbres de tipo similar a los ya existentes con anterioridad.

Son dos los tipos de techumbre que embellecen las salas y habitaciones de este Castillo: El Alfarje que se utiliza para cubrir un techo plano y la Techumbre o cubierta de par y nudillo que se caracteriza por su forma trapezoidal o de artesa

La Primera Planta del castillo, al igual que sucede en la superior, está formada por dos alas o pabellones, comunicados entre sí en el punto de unión de los mismos, con una distribución similar tanto en cada ala como en cada piso, de la siguiente manera: Desde cada galería hay comunicación con las habitaciones a través de varias puertas, mientras que al final del corredor hay un paso que da acceso al otro corredor donde igualmente se abren otras puertas que conducen a otras habitaciones.

Teniendo en cuenta que la primera planta del castillo tenía un carácter público, la galería o ala norte estaba destinada al alojamiento del séquito de los señores, y la galería suroeste albergaba las salas representativas y oficiales con las que se mostraba el poderío y autoridad del marquesado de Villena.

Comenzando por la Galería del ala norte, tras atravesar la puerta de entrada a la misma desde la anteriormente aludida escalera principal de acceso a los pisos, encontramos de frente un largo corredor con siete ventanas geminadas de arcos ojivales neogóticos a nuestra izquierda y frente a tres puertas que se abren a las habitaciones que ocupaban los indicados servidores cercanos a los marqueses. Al fondo del corredor se aprecia una puerta para la comunicación con el otro pabellón o ala, así como un espacioso vano cortejador o festejador, con su ventana y banco de asiento.

 

La techumbre de este alargado corredor, que debió restaurarse en el siglo XIX cuando se añadieron las citadas fachadas neogóticas, muestra una armadura de estilo similar al modelo original de alfarje mudéjar, con unas Jácenas o vigas maestras como soporte del mismo dispuestas en eje longitudinal sobre las que discurren perpendicularmente unas Jaldetas y Tablazón decorado que cubre el techo o cubierta del corredor.

Las partes que componen el Alfarje de esta techumbre son las siguientes:

El Arrocabe, o piezas de madera colocadas en lo alto de los muros de este corredor a manera de friso, para trabarlos o unirlos con la armadura de la cubierta, que en este caso está formado por dos Aliceres que recorren todo su perímetro.

Dos Aliceres, uno superior y otro inferior, ambos decorados que en su conjunto forman el arrocabe. El alicer inferior muestra una decoración de tipo vegetal dentro de unos alfardones o piezas en forma hexagonal. El alicer superior presenta el mismo motivo decorativo de arquillos ciegos que encontramos en los laterales de las jácenas.

Canes o piezas de madera en voladizo, a modo de ménsula o modillón sobre los que apean las vigas maestras en el punto de entrega al muro. En este caso se disponen en el alicer inferior y su decoración muestra unos peculiares canes de rollo horadado.

Las Jácenas o vigas maestras que sirven de soporte a otras secundarias, en este caso a las jaldetas. Estas vigas terminan a cada lado en los dos aliceres superiores, bajo los cuales encontramos los canes.

Las Jaldetas son las vigas secundarias colocadas transversalmente sobre las jácenas o vigas maestras de madera que van conformando rectángulos o cuadrados en una techumbre plana de madera o alfarje.

Tablazón es el conjunto de tablas con que se forma la cubierta, que descansa sobre las jaldetas. Cada espacio de la tablazón existente entre jaldetas se denomina Tabica.

En cuanto a la decoración que posee este alfarje podemos indicar que las Jácenas o vigas maestras muestran en sus laterales un ornato consistente en un friso de arquillos ciegos de medio punto que también continúa por el alicer superior del arrocabe, mientras que el Papo o cara inferior de cada viga se adorna con frisos de rodillos entre Gramiles (ranuras o hendiduras que en paralelo y en sentido longitudinal decora el papo de la viga).

Las jaldetas también se encuentran agramiladas y se ornamentan en el papo con frisos de rodillos.

Las tabicas de la tablazón ofrecen motivos decorativos consistentes en flores tetrapétalas con besantes en su centro.

Desde este corredor y a través de la primera de las tres puertas abiertas al mismo se accede a las dependencias de la servidumbre, que consta de cuatro habitaciones, siendo la primera de ellas la denominada habitación o salón del estrado que luego se detallará, ya que comenzamos mostrando la estancia contigua a la que se accede desde este salón.

Se trata de una habitación de servicio, la más próxima a la escalera por donde se accede a esta planta, que tiene un formato cuadrado y posee cuatro vanos con arcos escarzanos.

Frente a la entrada a esta habitación se sitúan tres de sus vanos, uno en el centro perteneciente a una ventana y dos en las esquinas donde convergen con un muro lateral a cada lado.

El vano de la izquierda es una puerta ubicada en una esquina desde la cual se accede a otra habitación o gabinete de forma rectangular cuyo muro del fondo se cierra en semicírculo pues está en el interior de una de las torres y cuenta con un vano cortejador con su ventana y banco de asiento. También tiene este espacio una puerta para acceso a una escalera de caracol para comunicación con otra habitación de la planta superior e incluso desde ahí poder acceder a la parte superior de la torre y al adarve.

El vano de la derecha de esta misma habitación conduce a través de un estrecho y sinuoso pasillo hasta las letrinas que se mencionaron en la descripción del exterior del castillo. A través de otra puerta que se abre en este pasillo, que cuenta con hueco de ventana para su iluminación, se accede al balcón corrido de madera descrito en el apartado del patio de armas, así como a otra de las torres del castillo.

Letrinas

El cuarto y último de los vanos indicados que posee esta habitación es el de la puerta por donde hemos entrado a ella, que tal y como indicábamos anteriormente muestra desde su interior una moldura ornamental a modo de friso sobre el dintel que desciende hasta la parte superior de los estribos del arco, que recoge en su interior una decoración en yesería.

Junto a esta puerta, a la derecha, hay una sencilla chimenea, y a la izquierda hay otra puerta de menor tamaño donde se encuentra una escalera de caracol por la que se puede subir a la habitación del marqués situada en la segunda planta.

El alfarje de esta habitación, de un solo orden de vigas, muestra una solución apeinazada organizada por una serie de Jaldetas presentadas en paralelo. Desde ellas se disponen perpendicularmente, otra serie de Peinazos (o piezas cortas entre las jaldetas) creando un entramado que visualmente parece entrecruzarse, conformando con ello unas tabicas en forma cuadrada o rectangular, engalanadas en su borde o perfil con una moldura sogueada. En el interior de las mismas, las de tipo rectangular se encuentran decoradas con Alfardones, cuyos perfiles en este caso son de arco conopial, y en el caso de las cuadradas o Chillas presentan cada una, flores talladas o rosetas con diferente tipo de diseño y un número variado de hojas.

Este modelo decorativo utilizado con frecuencia en las techumbres de madera mudéjares que decoran los alfarjes se crea con los juegos de Alfardones (en forma hexagonal) y Chillas, o Chellas (en forma de rosetas, estrellas, flores, etc.).

Detalle del alfarje.

Salón del estrado

Retornando al denominado Salón del estrado, que es la habitación contigua desde donde se ha podido acceder a ésta última que se ha descrito, lo primero que observamos es el otro lado de esta puerta, el que se muestra al interior de este salón.

El marco de esta elegante puerta de arco rebajado está formado por un decorado friso, realizado entre dos paralelas molduras, que desde la parte inferior del vano asciende lateralmente por las jambas, hasta unirse en la parte superior del dintel, creando en su ondulante recorrido un arco doble por encima de dicho dintel, que en el espacio interno de los mismos se encuentra igualmente decorado.

 

 

Se remata el ornato de esta puerta, por encima del doble arco, con una gruesa chambrana formada por una rama o tallo al que le envuelve una larga tira de paño. Desde la parte superior de su sector intermedio parten hacia arriba dos molduras biseladas que al unirse sus puntas forman un diminuto arco conopial que acoge en su interior el motivo decorativo de una flor.

El Alfarje que cubre la techumbre rectangular plana de esta amplia y alargada habitación presenta también una solución apeinazada como la que hemos visto en la primera habitación descrita. En este caso el arriostramiento o sujección entre jaldetas está resuelto mediante piezas dispuestas en forma de espiga que según el punto de observación del alfarje puede ofrecer una falsa visual de techumbre en forma ondulante.

Con este diseño se originan unas tabicas en forma romboidal que como en el alfarje de la habitación de servidumbre se ornan en su borde o perfil con una moldura sogueada. En el interior de todas estas tabicas hay una decoración similar que consiste en alfardones en cuyo centro aparecen unas flores o rosetas talladas en variado diseño.

La iluminación externa a este salón le llega desde dos amplias ventanas, situadas en sus extremos, que tienen sus vanos cortejadores con sus correspondientes bancos de asiento a cada uno de los lados de sus alfeizares interiores.

Al fondo del salón, en su muro oeste, se emplaza una chimenea engalanada con variados motivos ornamentales. En cada uno de los laterales de su hogar, partiendo desde su base, se elevan sendas columnillas circulares que solo son de uso decorativo porque no soportan la repisa o dintel ya que en la parte superior de las mismas se rematan sus fustes con un tipo de capitel en forma de pomo sogueado. Sobre esta terminación se dispone una ménsula de caveto para apoyo de la citada repisa.

Junto a la chimenea se sitúa la otra puerta que posee este salón para comunicación con la habitación anexa. El marco de esta puerta de arco carpanel tiene un friso decorado entre dos molduras paralelas que lo recorre totalmente. Una chambrana por encima de su dintel se apoya lateralmente en dos ménsulas.

En la campana de esta chimenea es donde se ha elaborado una mayor abundancia decorativa puesto que todo el tabique central externo de la misma se encuentra engalanada casi al repleto.

Podemos reseñar este espacio en dos partes separadas por una moldura en forma de arco conopial: una inferior en la que está rellenada decorativamente toda la superficie, prototipo del horror vacui, con similar ornato al que figura sobre puertas y ventanas, que en este caso consiste en la creación de motivos geométricos de tipo circular, helicoidal, romboidal, etc. con numerosa labra horadada a trépano que aparecen en el espacio interior de esas figuras creadas.

En la parte superior de la campana, bajo la moldura de un peculiar arco trilobulado gótico cuyo vértice termina en forma conopial en el que a su vez discurre sobre él otra moldura de arco conopial, se encuentran tres escudos, tres veneras o conchas de Santiago y el florón que remataba el arco conopial del espacio inferior antes detallado.

En el escudo superior aparece representada una cruz floreteada o florenzada que a mediados del siglo XV se fue convirtiendo en la distintiva de la dignidad maestral santiaguista tal y como figura en un privilegio rodado que Enrique IV emitió a favor del Marqués de Villena donde aparecen añadidas cuatro conchas que le identifica como maestre de Santiago, añadiéndole en este caso otra concha en su centro.

De los otros dos escudos situados en la parte inferior, el de la izquierda es el de Juan Pacheco donde en los cuarteles 2º y 3º presenta unos calderos y en el 1º y 4º unas cuñas referentes al apellido Acuña, y superpuestas en el centro las armas de los Manuel.

El de la derecha corresponde a su esposa María Portocarrero, representado en los cuarteles de la derecha por un jaquelado de quince piezas mientras que en los de la izquierda hay dos castillos sobre un león rampante, propios de los Enríquez.

La campana de la chimenea queda rematada en su parte más elevada con un festón de cardinas cuyos tallos surgen de los arcos conopiales superiores antes indicados.

La habitación contigua de menor tamaño, denominada alcoba señorial, ofrece una perspectiva de la puerta proveniente del salón que acabamos de aludir que es diferente a la del lado opuesto ya que ésta no decora su marco y se remata con arco escarzano sobre cuyo dintel aparece una decoración moldurada dentro de un alfiz similar a otros ejemplos vistos con anterioridad.

Junto a ésta se halla otra puertecita para comunicación con las cocinas de la planta baja y con el dormitorio de la marquesa en el piso superior a éste, a través de una escalera de caracol.

Esta alcoba cuenta con una ventana con su vano cortejador y un banco de asiento.

En cuanto a su alfarje es similar al descrito en la primera habitación de servicio que se detalló, es decir donde los peinazos se disponen perpendicularmente a las jaldetas.

Frente a la ya mencionada primera puerta de esta habitación se encuentra la que da acceso a otra alcoba de similar tamaño desde la cual y a través de un pasillo situado en una esquina de ella se puede alcanzar otro de los gabinetes situados en los cubos del castillo. Esta puerta con arco carpanel tiene dos molduras que recorren su marco; la interior en modo de soga que discurre por el dintel del arco carpanel y la exterior que sobre el dintel toma forma de arco conopial.

El friso existente entre estas dos molduras muestra un gran tallo del que sale variada hojarasca que en su espacio adintelado muestra una figura con cuerpo animal y cabeza humana al que le envuelve en el cuello dicho tallo. Sobre el arco conopial discurre otra chambrana apoyada en ménsulas.

Ya hemos indicado antes que esta puerta comunica con otra alcoba, la cual tiene el pasillo esquinero aludido, así como otra puerta que comunica con el largo corredor de esta galería norte anteriormente detallada, al final del cual y por un estrecho y acodado paso se alcanza el otro corredor de esta primera planta situado en la galería o sala suroeste que se describe en la página siguiente.

Latitud: 39° 33' 27.882" N
Longitud: 2° 41' 48.5628" W

El Arte en Cuenca - Nota legal

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